jueves, 6 de julio de 2017

Lo Unico que hice fue Jugar

Lunes 20 45 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )




Dramaturgia y Dirección de Sebastián Irigo.

Se ha transformado ya en una sana costumbre, ver como en El Callejón, se les abre espacio a jóvenes directores, para que puedan presentar sus obras, desde las geniales mellizas Marull, Fernando Ferrer, Fede Buso, Silvia Gómez Giusto,  por nombrar solo a algunos de ellos. El Callejón, desde que tiene a Javier Daulte, está construyendo su identidad y de a poco, se fue convirtiendo en uno de los sellos más representativos de nuestro querido off, ofreciendo propuestas, donde la calidad es la norma.

En esta ocasión, es Sebastián Irigo, quien nos acerca Lo Único que hice fue jugar, una entrañable obra, que nos cuenta la historia de una familia de clase media, conformada por Marcela ( Laura Oliva ), su marido Ricardo ( Federico Buso ) y sus 3 hijos, Adriana ( Josefina Scaglione ), Ignacio ( Sebastián Politino ) y el menor Manuel ( Gerardo Chendo  ). Todos ellos viven en un pequeño pueblito del interior del país, no precisado, lo que si se sabe, es que es una pueblo chico, de esos, donde todos se conocen y nada puede hacerse, sin que al rato,  todos los habitantes estén enterados y el dicho de pueblo chico, infierno grande, podremos comprobar que aparecerá en todo su esplendor.

La que vemos es una familia normal, como cualquier otra, Marcela es preceptora en una escuela, Ricardo es bancario y sus hijos, son chicos, que van a la escuela y juegan, por sobre todas las cosas se divierten. Si bien hay algunas peleas entre la pareja, no parece nada grave, son discusiones normales y la rutina que se repite, se festejan los cumpleaños de los chicos, se reúnen en familia para esperar al Niño Dios con los regalitos de Navidad y hasta se permiten el lujo, para su presupuesto, de irse unos días de vacaciones en auto a Miramar, para poder disfrutar de la playa.

Pero la normalidad y fortaleza de aquella familia, que nos resulta tan cercana, un día se desmoronará por completo y se desatará una crisis matrimonial impensada e implacable, que dejará secuelas graves y un hogar partido, dividido y esa familia que hasta ese momento era un bloque unido,  de un momento para otro, se desperdigará y al mismo transformará la vida de todos sus integrantes.




Vale la introducción, pero no vamos a contar más de la trama, para conservar el suspenso y dejar que sea el espectador, cuando vea la obra, vaya desandando el camino, tan prolijamente dibujado por el autor, para nuestro disfrute.

Solo vamos a decir, que la obra, que arranca como una comedia donde predominan los momentos compartidos y felices, virará en un drama profundo, que dejará en silencio y expectante a la sala.

Una muy buena idea del director, fue poner la lupa del conflicto, bajo la mirada de los hijos, que son los que más sufren, estas peleas que pertenecen al mundo de los adultos, pero que los perjudica de lleno. En particular el enfoque se centra en Manuel, el menor de los hijos, que en plena infancia, solo quiere jugar, inventando sus propios personajes, con sus autitos, sus disfraces, sus héroes de la televisión y siempre jugando, porque ese es su mundo y porque además jugando puede escapar a esas sombras,  que el egoísmo de los adultos, proyecta sobre él y sus hermanos.

El guión muy bien elaborado, tiene muy buena recepción, gracias a los excelentes intérpretes que presenta, no hay dudas que una de las claves de Lo Unico que hice ... , son sus magníficas actuaciones.




La cara mas conocida, es la de la polifacética Laura Oliva, actriz, cantante, conductora de televisión y con muchísimos premios en su carrera, muestra en esta ocasión todo su talento y versatilidad, para representar a una madre, todo coraje, cariñosa, protectora y luchadora, que hará todo lo que está a su alcance, para permanecer junto a sus hijos, en una época, en la que la mujer estaba en desventaja y esto no era sencillo. Una actuación estupenda y un placer verla a Laura en el off, dejando todo en el escenario.

El rol de esposo lo juega Fede Buso, que también ha mostrado su valía como director, en este caso es un esposo, algo autoritario y terriblemente herido, que no puede mirar más allá de su ombligo, y se embarca en una lucha egoísta, sin reparar en el bien de sus hijos. Muy buena interpretación.

Gerardo Chendo, como Manu, en nuestra humilde opinión, dentro de actuaciones muy lucidas, es el escalón más alto, encarnando a un niño de entre 6 y 8 años, lleno de ternura, que se entrega por completo a sus juegos. Logra una enorme empatía con el espectador, que en ese niño, se recuerda a si mismo cuando era chico. Para destacar sus movimientos, sus caras, estamos sin dudas ante un chiquito. Un actorazo Gerardo, que además es director y docente, un placer verlo en escena componiendo este personaje de manera brillante.

La otra gran revelación de la pieza, es Josefina Scaglione, ella es Marcela, la niña mimada de la familia. Para que el lector que no lo sabe, les contamos que Josefina, pese a su juventud, tiene una trayectoria notable, como cantante tiene el logro haber sido la primer argentina en llegar a Broadway, interpretando a María en West Side Story, una brillante actuación que le valió una Nominación a los Premios Tony, como Mejor Actriz de Musical.
En Argentina, participó en diversos musicales, siempre con gran éxito. Dueña de gran talento, su futuro parece no tener techo.
Pedimos disculpas por la licencia, pero creo que el recorrido de Scaglione, merecía unas lineas.
Aquí, a cara lavada, Marcela, que irrumpe en el escenario, con sus patines y sus frescos 15 años, en una composición admirable, porque al verla nadie duda su edad. Poseedora de una belleza y un magnetismo, que por momentos encandila, cumple una estupenda actuación.  Nos encantó su trabajo.

Resta mencionar a Sebastián Politino, como Nacho, el hijo del medio, apoyo de su hermana y principalmente de Manu y supliendo en algún momento el rol de los padres, una actuación llena de ternura también,  que destacamos.





Como puede apreciar el lector, cuando dijimos que el punto fuerte de la obra, eran sus actuaciones, no exageramos en nada. El director acertó en la elección y reunió un elenco con mucho talento, pudiendo darle a este grupo de actores, la libertad necesaria, para que puedan lucirse y mucho en el escenario.

La puesta en escena, irradia dulzura, es muy cálida, con muy buen manejo de la iluminación por parte de Sebastián Francia, que logra muy buenos climas, una destacada escenografía que representa la casa familiar y el aprovechamiento íntegro de las posibilidades que ofrece el Callejón, con su piso superior, que permite que los juegos se extiendan hasta las alturas, como si no tuvieran límite. Y otro punto alto es la excelente musicalización que tiene la pieza, que permite que salgan a escena, tantas melodías guardadas en nuestro corazón, desde Bonanza, Swat, Brigada A, Carlitos Balá y muchas otras. En síntesis, una gran cantidad de recursos, que sin dudas, agregan valor a la puesta.

Como conclusión, estamos en presencia de una obra, que sin dudas llega al corazón del espectador, que se sentirá identificado, con estas figuras familiares en escena,  esos padres y esos niños con sus juegos, que nos resultan tan tiernos.
Una pieza, que nos hará reír y recordar momentos felices de nuestra infancia, pero que también nos hará reflexionar, acerca de como muchas veces, las peleas feroces y egoístas de los adultos, provocan tanto daño en los hijos, que quedan como rehenes de estos conflictos, que sin dudas dejarán cicatrices y traumas, que serán difíciles de superar y que acompañaran a estos niños hasta su edad adulta.

Auguramos un muy buen suceso y una larga vida a Lo Único que hice fue Jugar.
El cartel de localidades agotadas, que acompaña a la pieza desde su estreno y el aplauso sostenido y emocionado, que reciben los protagonistas al final de la función, confirman nuestros buenos augurios y solo queda invitarlo a usted lector de estas líneas, a llegarse hasta el Callejón, para que al menos por el tiempo que dura la obra, vuelva a sentir el placer, que siente un niño que juega.



Pensador Teatral.




martes, 4 de julio de 2017

Tiper Tap

Domingos 18 hs en El Camarín de las Musas ( Mario Bravo 960 )




Guión, Dirección y Coreografías de Natacha Córdoba.

Una original y saludable propuesta, llega de la mano de Tiper Tap, Mecanógrafas Tituladas, que transita su segunda temporada de éxito en el circuito off.
El año pasado se estrenó en el Teatro La Máscara, en San Telmo y esta temporada, llega al Camarín de las Musas, un teatro con mucha historia en el teatro independiente.

Es la opera prima, de Natacha Córdoba, que escribió la pieza hace ya algunos  años y estuvo trabajando mucho en ella, para darle los retoques finales y poder tenerla lista el año pasado para su estreno. Se nota que es un trabajo realizado con mucha dedicación y esmero, cuidando todos los detalles, para obtener un espectáculo de notable calidad artística.

Tiper Tap, es una comedia musical, no típica, ya que las partes narradas son las que tienen mayor preponderancia y lo musical, si bien es importante, actúa en forma complementaria.





La cuidada dramaturgia, nos propone dos lineas argumentales simultaneas, por un lado la representación teatral, que se sitúa en la década del ´40 y  narra, la historia de un grupo de mujeres mecanógrafas que trabaja en la Empresa Tiper Tap, cuyo slogan es velocidad, eficiencia y discreción.
El trato que reciben en aquel trabajo, no es el mejor, se quejan de la explotación laboral, de salarios bajos y de un trato desigual, sólo por el hecho de ser mujeres. Debido a esto, estas trabajadoras, deciden unirse y crear el Sindicato de Mecanógrafas Argentinas, como herramienta de defensa frente a estos abusos. No era sencillo logran sindicalizarse, ya que en la Argentina de esa época, las mujeres no tenían el mismo reconocimiento social que los hombres, prueba de ello es que en esos años, ni siquiera estaban habilitadas para ejercer el derecho cívico del voto.

Dijimos que eran dos narraciones paralelas, la otra línea aparece, cuando durante la representación de la obra, se produce el crimen de una de las actrices.

Este sorpresivo suceso, sin dudas será un disparador impensado para que de manera inmediata, se rompa la cuarta pared e irrumpa en escena, un vigilador privado ( Emiliano Samar ) que ante la demora en la llegada de la policía, será quien intentará tomar el control de la situación y tratar de descubrir quien fue el asesino. A tales efectos, buscará reconstruir la escena teatral que concluye con el asesinato, generándose un juego muy interesante de ensayo teatral, con el uso de flashbacks, típico recurso cinematográfico, utilizado en esto caso, para tratar de descubrir quien fue el asesino,
El recurso es muy ingenioso y el torpe vigilador en momentos estará en el escenario y en otras sentado al lado del público,  siendo un espectador más que mirando las escenas, tratará de desentrañar el misterioso crimen.





No vamos a contar más del argumento, ya que la pieza tiene una cuota de suspenso y sorpresa, que es bueno preservar y no queremos adelantar en esta reseña.

Si digamos, que la puesta es muy bella y tiene una estética con el sello de la década del ´40 que es impecable y en esto tiene mucho que ver el gran trabajo que hacen este joven grupo de actrices y actores, que tienen un desafío interesante a resolver, como es la dualidad de registros, ya que por un lado las actrices representan a las mecanógrafas de 1940, con un tono narrativo y una expresión de esos años ( según comentó la directora, trabajaron mucho  para ellos}, viendo películas de cine argentino de esos años ) y por otro lado, cuando nos situamos en la investigación del crimen, representan a mujeres actuales, con el lenguaje propio de esta época.
Como mencionamos un gran reto, que las protagonistas, resuelven con enorme solvencia y donde se nota que hubo mucho ensayo previo, para lograr interpretaciones tan aceitadas, que consiguen incorporar en forma natural ese doble registro.

Vamos a mencionar a las mecanógrafas, que son el corazón de la pieza, interpretadas magníficamente por Gaia Rosviar, Romina Michelizzi, Victoria Orquin, Florencia Sacchi y Yamila Ulanovsky. Sus interpretaciones son muy parejas, todas se lucen y actúan en forma coordinada, para llevar adelante las coreografías, que plantea la obra, dejando momentos deliciosos, como aquel en el que acompañadas, con el piano de fondo, componen música con sus máquinas de escribir, como si se trataran de verdaderos instrumentos musicales.
Las cinco lucen impecables, atildadas y elegantes, con sus peinados y vestuario de la época.

El jefe de las mecanógrafas es Rafael Walger, que luce por un lado autoritario, pero por otro lado humano, ya que está enamorada de una de sus empleadas. Impecable su trabajo.

Y por último mencionar, a Emiliano Samar, el torpe guardia de seguridad, que trata de resolver el misterio, componiendo un personaje muy gracioso, que tiene toda la complicidad del público que lo festeja en cada intervención, en un papel donde se luce mucho.

Como pueden apreciar un elenco numeroso, que interpreta al pie de la letra, lo que el guión requiere y cumple una gran labor, ya que como se dice muchas veces, puede haber un guión perfecto, pero si los intérpretes no son los adecuados o fallan, la idea no será aprovechada. Aquí ocurre lo contrario, el elenco potencia el muy buen guión y se nota que hubo muy buen trabajo de selección y al estar en la segunda temporada, se los nota muy seguros a todos.





Como dijimos antes, la puesta es muy bella y plena de recursos, la ambientación que se logra de los años 40 es admirable, donde hay que destacar a Sandra Ligabue en el diseño del vestuario, el importante rol que cumple el diseño lumínico de Silvana Correa para diferenciar las líneas argumentales, muy buena la escenografía y párrafo especial, para la composición y dirección musical de Gerardo Amarante, que con su piano, aporta muchísimo en el desarrollo de la trama, que tiene una gran componente musical.
El lector puede apreciar, la enorme cantidad de recursos artísticos, que se ponen en acción, está todo muy cuidado y hasta el mínimo detalle trabajado para ofrecer una puesta escena que no es tan común en el teatro off.

Como conclusión, un debut inmejorable el de Natacha Córdoba, como autora, presentando una obra con una dramaturgia original y elaborada, que consigue una historia atrapante, con actuaciones sobresalientes.

El gran aplauso que reciben el elenco al final de la función, es un justo reconocimiento que reciben por el excelente trabajo realizado.
Tiper Tap es una estupenda una obra del off que recomendamos y sin dudas merece verse, volverán a casa, plenos de teatro y con los oídos regocijados, con el ruidito casi mágico de esas máquinas de escribir, que hoy extrañamos y tarareando las melodías de la pagadiza canción, con la que se despiden los protagonistas.



Pensador Teatral.

jueves, 29 de junio de 2017

Miembro del Jurado

Lunes 20 hs en Teatro del Pueblo ( Av.Roque Saenz Peña 943 )




Dramaturgia de Roberto Perinelli y Dirección de Corina Fiorillo.

Una vez mas llegamos al mítico Teatro del Pueblo, con expectativas de disfrutar de un lindo momento teatral y vaya si lo conseguimos, nos fuimos llenos de teatro, luego de ver Miembro del Jurado, una obra de suspenso, que al momento de bajar el telón, dejará al espectador, con la boca abierta y tratando de recuperar el aliento.

La obra escrita por Perinelli, se estrenó en 1979, época en la que en Argentina, gobernaba la dictadura militar, que luego veremos, como este hecho deja alguna influencia en el texto.

Pese a que transcurrieron casi treinta años, desde que fue escrita, la historia conserva una absoluta e inquietante vigencia y tranquilamente podría haberse escrito el mes pasado, ya que tiene una actualidad total.

Corina Fiorillo, una de las directoras más reconocidas y exitosas del momento, reestrena esta pieza, que ya había dirigido, cuando hace cuatro años la obra se presentó en el Teatro Nacional Cervantes, con este mismo elenco.
La dupla de Corina y Roberto, no es nueva, ya que no es la primera pieza, que la directora elige de este autor, sin dudas, hay algo que a Corina lo seduce de sus textos y sumando talento, consigue obras de una enorme riqueza escénica.

Si tenemos que encasillar a Miembro del Jurado, en algún género, podemos decir que se trata de un policial con mucho suspenso, debido a esto vamos a ser más acotados que de costumbre, en cuanto a los datos que revelaremos de la trama.






La historia arranca con Simón ( Roberto Vallejos ), ex convicto, que fue liberado ese mismo día y Mejia ( Ernesto Claudio ), el hombre que lo fue a buscar a la salida de la cárcel y lo llevó a su oscuro taller de cerrajería, para aguardar la llegada del misterioso "jefe", que fue quien le encomendò la tarea de buscar al recién salido de prisión, para ofrecerle un lugar en la banda delictiva que conforman, sin tener muy, claro cual será su función.

Es muy interesante, el juego que propone el autor, al reunir a esas dos personas desconocidas en ese espacio cerrado y hermético en el que se encuentran, como no se conocen, no saben bien de que hablar. Simón esta incómodo en ese lugar, tiene dudas sobre si el jefe se habrá equivocado de persona. Podrá serle de utilidad a aquella banda ? Puede confiar en estos nuevos compañeros o le estarán tendiendo alguna trampa ?
Mejia tampoco parece estar a gusto, con aquel visitante, que habla hasta por los codos y pregunta demasiado, mientras hace llaves y se queja, porque perdió toda la mañana yendo a la cárcel, para cumplir el encargo del jefe.

Los diálogos son muy ricos y en el ambiente reina un aire de desconfianza. A medida que este diálogo se extiende, el espectador comienza a dudar, sospechando que algo de esta situación que esta viendo, no cierra, intenta descubrir cual es la pieza del rompecabezas que se oculta. Será verdad todo lo que estamos viendo ? Estas dos personas son quienes dicen ser o alguno de ellos es un impostor ? Pueden confiar entre si estos hombres ? Las preguntas llueven en la mente del espectador, mientras las acciones se desarrollan.

El ambiente de calma, reina en esa habitación, pero se intuye que la misma es pasajera, como ocurre en esos días nublados, donde sabemos que en algún momento lloverá, pero sin saber cuando comenzará a hacerlo, aquí del mismo modo, el espectador está siempre alerta, tratando de descubrir, cual será el disparador que desencadenará la anunciada tormenta.




Solo adelantaremos, que el disparador, se asomará con la llegada de Ester ( Silvina Bosco ), la mujer que llegará a pedido del ex convicto y por gentileza del jefe, para satisfacer su abstinencia en prisión y de paso acortar el tedio de la espera en ese lugar cerrado y asfixiante.

Para preservar el suspenso, no vamos a a adelantar más, solo diremos que con la llegada de Ester, el vendaval finalmente se desatará y las cartas que aparecían tapadas, mostrarán un juego impensado.

Este estupendo guión, tiene su correlato en un elenco talentoso, conformado por tres actores de gran experiencia y valía , arrancando por Roberto Vallejos, a quien vimos ya este año, lucirse y mucho en Dignidad, obra donde también fue dirigido por Corina. Aquí personifica a un ex reo, humilde, parlanchin y en apariencia ingenuo y hasta bonachón, por lo que logra una curiosa empatía con la platea, aunque aquel hombre, dé rodeos, para revelar el motivo que lo llevó a pasar los últimos diez años de su vida en prisión. Una estupenda actuación la de Roberto.

El otro gran protagonista es Ernesto Claudio, cultor del bajo perfil y gran actor, componiendo un personaje complejo, ya que si bien aparece como servicial y bien dispuesto, se nota que es reservado y se vislumbra que bajo su apariencia de tranquilidad, habita algún sentimiento escondido, Magnífica interpretación de Ernesto.

Estos dos protagonistas, muestran un gran entendimiento  y son los que llevan el peso de la obra, ya que están solos en escena, la mayor parte de la pieza.

Para el final, dejamos la aparición de Silvina Bosco, que se produce en el tramo final de la obra, esta irrupción, puede compararse, a ese jugador que está en el banco de suplentes e ingresa en los últimos 15 minutos, para definir el partido, si me permiten la analogía futbolera, para graficar el terremoto que desata la aparición de Silvina, en escena.

En aras de mantener la intriga, no vamos a anticipar mucho de su personaje, solo diremos que su entrega actoral y física es absoluta, ofreciendo una interpretación conmovedora. Será el lector, cuando vea la obra, quien recordando estas líneas, seguro coincidirá conmigo y verá que no exageramos en nada.






Debemos destacar el muy buen diseño escenográfico y el vestuario setentista que presenta la puesta, ambos rubros en manos de Julieta Risso, así como la música original a cargo de Rony Keselman.

De fondo, se escuchan los acordes de las murgas que desfilan en las calles celebrando el Carnaval, como mencionamos antes, la obra fue concebida en los años de la última dictadura, momento en que los Carnavales fueron prohibidos, la alegoría propuesta por el autor, señala que en la calle reina la alegría, todo es baile y diversión y  mientras esto sucede,  dentro de esa casa y en muchas otras, se desarrollan historias tenebrosas y sórdidas, muy alejadas de ese ambiente de aparente festividad que se vive en las calles, una doble realidad, que lamentablemente fue una constante en muchos momentos de nuestra historia.

Solo queda recomendar a usted lector, que no deje de ver Miembro del Jurado, además de presenciar una magnífica obra, podrá disfrutar de actuaciones notables.

El final de la función, tiene como corolario, al público de pie, aplaudiendo y vivando a los protagonistas ( de las mayores ovaciones que vi este año y aclaro que veo varias obras por semana ), Cuando esto ocurre, evidentemente la obra hay triunfado y seguramente es por ello, que cuando se encienden las luces, muchos espectadores quedan unos segundos quietos en su butaca y con piel de gallina, por el abrupto e inesperado final, que el autor nos tenía reservado,


Pensador Teatral.


La Zorra Ilusa

Miércoles 20 30 hs en Teatro El Metodo Kairos ( El Salvador 4530 )





Dramaturgia de Inés Garland y Dirección de Magela Zanotta.

Una comedia inteligente y muy divertida, la que se presenta en el Kairos.

La Zorra Ilusa, nos habla del amor y de aquellas mujeres, que buscan y se ilusionan con encontrar a ese hombre ideal, con el que siempre soñaron, compartir la vida.

Las protagonistas, Victoria Bertone y Graciela Muñiz, nos contarán sus historias amorosas y sus fracasos en ese rubro, retratando con gracias y al detalle, a los muchos hombres que pintaban ser los elegidos al comienzo de la relación, pero que pronto descubrieron, eran solo un espejismo.

Son mujeres solas, que buscan a su príncipe azul, que indagan  sobre si en verdad existirá ese hombre ideal.  Y si existe,  estará cerca  ?? O tal vez viva en otra país y nunca lo encontrarán.
O tal vez el problema son que ellas son muy exigentes y por eso ningún hombre las satisface.

La obra tiene un texto inteligente, que nos hablará de amor, de sexo, de ilusiones, de alegrías y de decepciones, en definitiva, nos mostrará las peripecias amorosas y las historias cotidianas, que todas las mujeres viven en mayor o menor medida.






La mayoría de la platea, en la función que presenciamos estuvo compuesta en su mayoría por mujeres,  realmente es una obra ideal para salidas de grupos de amigas que se reirán de ellas mismas, ya que sin dudas se sentirán muy identificadas con las chicas que están en el escenario y con las anécdotas y recuerdos que cuentan, pudiendo tranquilamente ser ellas mismas hablando con sus amigas de hombres y desengaños amorosos.

Los hombres presentes, que eramos minoría, también nos divertimos con algunos comportamientos, que sentimos familiares en las mujeres cercanas en nuestras vidas ( esposas, novias, hijas, etc ) y además la obra, nos servirá para conocer un poco más del mundo femenino y como piensan las mujeres.

La trama es muy dinámica y en esto tienen que ver mucho, además del guión, las muy buenas actuaciones de Graciela Muñiz y Victoria Bertone, se las notas muy sueltas en el escenario, disfrutando la obra, con muy buena gestualidad e interactuando muy bien entre ellas, ya que sin bien en algunos momentos, monologan, siempre la compañera, estará cercana, repitiendo alguna palabra o representando alguna de los comportamientos de la protagonista, que en ese momento, tiene la palabra. Para que cuando vean la obra, las identifiquen, les contamos que Graciela Muñiz es la rubia y Victoria Bertone es la morocha y las dos están muy bien.

Resaltamos que las actrices están en permanente movimiento, aprovechando las posibilidades que otorga el amplio  y espacio  escénico y esto le otorga agilidad a la pieza, ya que el espectador no está solo atento a lo que se dice, sino a lo que ocurre en escena.

Nos gustó mucho la puesta de Magela Zanotta, incorporando momentos musicales que se disfrutan mucho y que enriquecen el relato, para destacar la escenografía, un patio con muchas plantas y mucho verde, así como el vestuario, en el que predomina el rojo de las protagonistas. Son muchos detalles, todos muy cuidados, los que contribuyen a la belleza de la puesta, que siempre está arriba, con mucha frescura y buscando por medio del humor y de la sátira, exponer algunas situaciones de fracasos amorosos, que podrían tomarse con tristeza, algo que aquí no ocurre, ya que se opta siempre por la salida divertida.





En conclusión, una propuesta muy saludable la de La Zorra Ilusa, mujeres que experimentan y se ilusionan, pese a acumular decepciones amorosas, siempre estarán dispuestas a seguir probando, con la firme esperanza de encontrar a ese hombre especial, que será, porque no, aquel con el que se casarán.

Como dijimos un guión ágil e inteligente, que hará reír al espectador, que se identificará mucho y se reconocerá en muchas de las historias si es mujer y si es hombre, como dijimos descubrirá a alguna de las mujeres que lo rodean en su vida. Una puesta en escena fresca y alegre, con interpretaciones sobresalientes, para redondear una muy divertida noche de teatro.

El prolongado aplauso que reciben las protagonistas al final de la obra, demuestran que la obra gustó y que el boca a boca está funcionando a pleno, ya que las funciones en el cálido Kairos, siempre se realizan con la sala colmada.



Pensados Teatral.


martes, 27 de junio de 2017

Sacco y Vanzetti

Jueves 21 hs en Teatro Andamio 90 ( Paraná 662 )




Dramaturgia de Mauricio Kartun y Dirección de Mercedes Fraile.

En esta ocasión, el teatro nos convoca para revivir esta historia verídica, ocurrida a inicios de la década del 20, en los Estados Unidos, país al que habían llegado dos inmigrantes italianos, llamados Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti que se alejaron de su patria, en busca de trabajo, como sucedía con miles de compatriotas, que venían hacia América en busca de la prosperidad, que no encontraban en su tierra.

Eran momentos de expansión del movimiento obrero, con pedidos de mejores condiciones de trabajo, salarios más altos y también era el inicio de las grandes huelgas. Sacco y Vanzetti, eran militantes anarquistas en Italia y cruzaron el océano con su prédica.

Claro que la sociedad estadounidense de la época, conservadora y defensora de un estado fuerte, no iba a estar contento, con que llegaran extranjeros con ideas revolucionarias, que podía poner en riesgo el equilibrio y la seguridad de la nación.
Para evitar esta " contaminación " se deportaron más de 10 mil personas, por su participación en gremios o partidos de izquierda.

En este contexto, agitado y con un Estado en alerta, fueron detenidos por averiguación de antecedentes, el vendedor de pescado Sacco y el zapatero Vanzetti.
Ambos supusieron que la detención tenía origen, en sus ideas políticas y que su estancia en la cárcel, sería de solo una noche, pero se sorprendieron al ser acusados de haber participado en un asalto a una fábrica en Massachussets, en el que fueron asesinados un cajero y un vigilante, además de escaparse los delincuentes, con un botín de 15.000 dólares.




Ni Sacco, ni Vanzetti, tuvieron relación con aquel asalto, el hecho les era totalmente ajeno y pese a que no había ninguna prueba contra ellos, fueron sometidos a un juicio arbitrario y absolutamente irregular, ya que pese a la falta de pruebas, ambos fueron declarados culpables de robo a mano armada y asesinato y sentenciados a morir ejecutados en la silla eléctrica en 1927.

El caso tuvo una enorme repercusión internacional y causó indignación mundial, en las principales ciudades del mundo ( Buenos Aires fue una de ellas ) , se produjeron huelgas y manifestaciones, pidiendo la liberación de estos dos trabajadores italianos, injustamente acusados y condenados, por la corrupta justicia de la mayor democracia del mundo.
Pero a pesar de los múltiples pedidos de clemencia, incluidos el Papa, la condena se mantuvo firme y Sacco y Vanzetti, fueron ejecutados el 23 de Agosto de 1927.

Creo que valió la pena la introducción para repasar la historia, para aquellos que ya la conocían y para enterarse, aquellos que solo conocían los apellidos de estos anarquistas italianos, que hoy son considerados como un símbolo de la lucha por la libertad.

Pero volvamos a la obra que nos convoca en el Andamio 90, un teatro que siempre nos brinda excelentes propuestas y Sacco y Vanzetti es otra muestra de ello, ya que la puesta es magnífica.




La obra escrita por Mauricio Kartun, se estrenó en Buenos Aires en 1991 y basa su guión, en mostrar los pormenores de aquel escandaloso y parcial juicio, en el cual, se dejó de lado, la justicia, para condenar a dos inocentes, solo por ser inmigrantes, pobres y con ideas políticas, consideradas peligrosas para la época.

Uno de los desafíos mas grandes que presenta la pieza, es la necesidad de contar con un elenco numeroso y comprometido con el relato a representar y la puesta de Mercedes Fraile, supera el desafío con creces, de la mano de un elenco joven, que se identifica con la historia y realiza un excelente trabajo.

Vamos a nombrar a algunos de los actores, ya que sus trabajos merecen el reconocimiento.
Arranquemos por los protagonistas, Bernardo Silvestre como Bartolomeo Vanzetti, cumple una interpretación excelente, con una presencia escénica que se impone en todo momento, con sus bigotes y su acento italiano impecable y con toda la templanza y energía que el papel requiere. Para nosotros en un elenco parejo, es la actuación más destacada de la noche.

Pero no seamos injustos, con Facundo Juarez Di Giacomo, que compone a un sensacional Nicola Sacco, preocupado por sus esposa e hija que sufren su detención, nos conmueve con su interpretación, más emocional, que se diferencia de un Vanzetti más analítico, que lleva la voz cantante en cuanto a las ideas políticas.

Juntos muestran un gran entendimiento y conforman un gran dupla, para interpretar dos protagónicos, que requieren mucha exigencia desde lo actoral, por el peso que conllevan los personajes.




Un escalón abajo en protagonismo, pero con una magnífica interpretación, mencionamos a Alfredo Rodriguez, como el despiadado Fiscal Katzmann, en el papel del villano de la historia, ya que no descansara hasta ver condenados a esos dos inocentes. Impecable su papel.

En cambio, Guadalupe Halfon, es la abogada Tohmpson, la abnegada defensora de los italianos, que agotará los recursos para liberarlos de su injusta detención,  otra joven actriz que se luce mucho en su papel.

Ellos tal vez son los que tienen mayor espacio para el lucimiento, por el peso de sus personajes, pero todos cumplen, Camilia Silvestri ( Luigia, la hermana de Vanzetti ) y Laura Correa ( Rosa, la esposa de Sacco ), muestran el sufrimiento en primera persona por la injusticia  de sus seres amados y cumplen muy bien sus papeles, que requieren también hablar en italiano.

Silvia Arduini, es la cruel Jueza Thayer, la cara de esa justicia corrupta que opera en las sombras, Mariano Madrazo, es el teniente Stewart, aquel que detiene a los inmigrantes y que pese a sus deseos, cuando comprende que se quiere cometer una injusticia, no logra que sean liberados, ya que queda inmerso en la máquina judicial y estatal que domina la escena.

Por último mencionar a los testigos del juicio, Daniel Ledesma ( Sr.Levangie ), Paula Carriolo ( Mary Splaine  ) y Yanina Vega de la Fuente ( Carla Rossi ) y a Agustìn Clusellas, como Celestino Medeiros, el preso que confesó aquel crimen, para que liberaran a los italianos, para que los dejaran libre, pero no tuvo éxito en su cometido.

Son doce actores en escena, que nos ofrece la obra y consideramos justos nombrarlos a todos, ya que son el sostén la de la historia, cumpliendo una muy buena labor, aportando cada uno de ellos, lo que el personaje les exige. Aquí debemos destacar la muy buena tarea de la directora, para lograr la sincronización de tantos personajes en escena.

Es interesante, el diseño audiovisual, que proyecta imágenes históricas que enriquecen el relato, un correcto diseño lumínico, que colabora con los diversos climas y momentos de la trama, además del destacado vestuario de época a cargo de Ariel Nasterczuk, que viste muy bien al nutrido elenco.
Como puede apreciar el lector, todos elementos, que contribuyen a la belleza de la puesta.




En conclusión, una muy buena versión de Sacco y Vanzetti, una historia que ilustra y nos sirve con gran ejercicio de memoria, ya que pese a la acción se produce casi un siglo atrás, muestra una vigencia que inquieta, ya que en la actualidad, también vemos rasgos de una justicia corrupta, que es manejada por los hilos de la política y se aleja de los principios de independencia e igualdad ante la ley que debe regirla.

Además es interesante, reflexionar sobre el sentimiento que se tenía en aquella época de los inmigrantes italianos que llegaban a los Estados Unidos, a los que se veía como elementos peligrosos que llegaban para delinquir y quitarle el trabajo a los nativos, pudiendo encontrarse puntos de conexión, con alguna visión que podemos tener nosotros mismos, en la actualidad, con los inmigrantes que llegan de países latinoamericanos, que ven en nuestro país, esa tierra de oportunidades, para poder trabajar y desarrollarse, pero que muchas veces choca con barreras de xenofobia, que se les imponen, por un errónea generalización y la idea falsa de asociar al inmigrante con el delito.

En fin, como vemos Sacco y Vanzzeti, es una obra que documenta un hecho histórico, pero que no se queda en ello, ya que su temática, tal vez modificando el nombre de algunas de las piezas, sigue más que vigente y nos invitará a reflexionar y a mirar a nuestro interior. Cuando esto ocurre, es porque la obra nos ha llegado el corazón y si esto sucede, el hecho teatral ha logrado su cometido.

Invitamos entonces al espectador a llegarse al Andamio 90, para reflexionar y aplaudir a este grupo de jóvenes actores, que nos regalan una entrañable noche de buen teatro y nos acercan el recuerdo de estos verdaderos mártires que lucharon contra un sistema corrupto, clamando por su libertad y sosteniendo su inocencia, sin traicionar nunca sus convicciones.


Pensador Teatral.



domingo, 25 de junio de 2017

Sumario de la Muerte de Kleist

Viernes 21 hs en Teatro El Ópalo ( Junín 380 )




Obra escrita por Alejandro Tantanian y Dirección de Joaquín Gómez.

Interesante la historia que rescata Alejandro, que viaja en el tiempo dos siglos atrás, hasta Alemania para dar testimonio de unos de los pactos suicidas más impactantes sucedidos en el país germano, se trata del que involucró al poeta Heinrich von Kleist y su compañera Henriette Vogel, que la tarde del 21 de noviembre de 1811, en el lago Wannsee, al Sur de Berlín, decidieron poner fin a sus vidas. Ambos eran muy jóvenes, él tenía 34 años y estaba en la plenitud creativa, aunque sumido en la pobreza y ella con 31 años, padecía una enfermedad terminal.

Quienes lo conocían, cuentan que no fue el romántico adios de dos enamorados, más bien, era algo que Heinrich había planificado meticulosamente y ambos pactaron cumplir, hasta con cierta alegría puede decirse, ya que salieron a pasear, tomaron café, jugaron entre los pinos, tiraron piedras al lago, rieron, hasta que llegó el momento de dar culminación al plan trazado. Por eso, cuando el reloj marcaba las 4 de la tarde, Kleist disparó su arma en el pecho de ella y luego terminó con su propia vida, colocando la pistola en su boca y disparándose un tiro mortal.
Su muerte atrajo la atención pública, aquella,  que no había conseguido en diez años de creación literaria.

Heinrich von Kleist, considerado actualmente como uno de los grandes autores de la literatura universal, en su momento no fue reconocido, su obra fue incomprendida y considerada como violenta y llena de paradojas, Goethe rechazó sus obras y las calificó como enfermizas. Como ocurrió con tantos otros autores, el reconocimiento llegó muchos años después de su muerte, desaparición que en su caso fue muy especial.





Creo que fue interesante, reseñar la historia y entender porque Tantanian, luego de un exhaustivo trabajo de investigación, decidió escribir Sumario de la Muerte de Kleist, que fue estrenada en 1998 en el Teatro San Martín y que hoy podemos ver en El Ópalo, en esta versión dirigida por Joaquín Gómez.

La pieza nos ofrece una mirada muy particular, sobre la muerte, que lejos de ser tomada como una tragedia, en algunas ocasiones, puede ser considerada como un acto de liberación y en el caso de Heinrich, como un gran evento, un ritual bello y premeditado, que en su mente, sería recordado como la última gran genialidad poética de un gran autor.

La puesta es intimista, con una iluminación tenue y una penumbra que domina la escena, dando una atmósfera de tranquilidad y pesadez, que busca el director.

Las actuaciones son muy destacables, la pareja protagónica conformada por Heinrich ( Joaquín Gómez ) y Henriette ( Lupe Iñiguez ) muestran una química perfecta y una conexión que se trasluce, a través de sus gestos y sus miradas, pareciera que no necesitaran hablarse para entenderse. Interpretaciones cargadas de sensibilidad y de poesía.
Transmitiendo una paz y una tranquilidad, que llegan al espectador. Un notable trabajo de ambos.

El tercer intérprete, es Carlos Folias, que en un interesante recurso que le agrega el autor a la historia original, ya que este personaje, aparece en el rol de relator, narrando algunos detalles del suicidio, en forma fría y analítica, como si se tratara de un perito forense, quitando vuelo poético a aquella muerte épica y tratándola en forma ascéptica, como si se tratara de dos muertes más. Impecable su labor, perfecta la composición y como dijimos un muy buen recurso el que introduce Tantanian, sumándolo a la trama.




Debemos destacar el excelente diseño de luces, a cargo de Horacio Novelle, que presenta la pieza, creando como dijimos la ambientación casi a oscuras, que pide la trama, dando un aire misterioso y lúgubre. Muy bueno,  el vestuario blanco de la pareja, que contrasta con el negro del relator, muy inteligente el contraste. Una escenografía despojada, con solo un escritorio donde Von Kleist escribe con su pluma, dejando el protagonismo absoluto para esos dos cuerpos y la palabra.

En conclusión, una muy interesante propuesta que nos propone el autor, que además nos ofrece una puesta bella, dotada de poesía, algo complejo de conseguir ya que la obra es dura, porque trata de la muerte, pero que lo consigue gracias a las excelentes interpretaciones que presenta la pieza.

Invitamos al espectador, a que conozca esta historia verídica ocurrida hace más de 200 años en Alemania y que tuvo como trágico protagonista, al célebre poeta germano Heinrich von Kleist.


Pensador Teatral.






miércoles, 21 de junio de 2017

Himalaya

Domingos 18 hs en Ladran Sancho ( Guardia Vieja 3811 )





Obra escrita y dirigida por Juan Seré.

Nuestro rico teatro off, nunca para de sorprendernos, en este caso con Himalaya, una obra que transita ya su segunda temporada, cosechando elogios de los espectadores que la descubren.

Esta es una de las obras, donde podemos ver, como la magia del teatro funciona a pleno, ya que imaginación mediante, nos trasladamos a Nepal, más precisamente a la base del Monte Manaslu, que con sus 8.156 metros altura, es uno de las montañas más altas del Himalaya.

Allí, se alista un campamento, al mando de Blas ( Pablo Bronstein ), un experimentado y particular instructor, quien junto a su esposa Helen ( Belen Ribelli ), se preparan para recibir a un grupo de alpinistas, que con sus egos muy altos y un espíritu de competencia sin techo, buscarán vencer las exigencias físicas y climáticas, para llegar a la cima de aquella montaña.

Pero este grupo de alpinistas, no estará solo en esas latitudes, también están los sherpas, que son pobladores nativos de la región, que conocen la zona y consideran sagrada a la montaña. Los sherpas son los que marcan con sogas,  el camino para los alpinistas, para que ellos siguiendo el camino marcado, puedan concretar sus hazañas, a cambio de una retribución económica.





La obra tiene numerosos puntos interesantes, en primer lugar un guión super creativo, para hacernos partícipes de la aventura de estos alpinistas, que tienen como objetivo, vencer a la naturaleza.

Por otro lado, el marcado choque cultural entre el hombre blanco y los sherpas, como el primer grupo somete al otro, sólo por tener el poderío económico, haciendo que el sherpa ponga en riesgo su vida, por cumplir, los deseos aventureros del alpinista, en una tierra que no es suya. Una reflexión muy interesante, ya que se le dá una vuelta de rosca, no muy difundido al tema de este deporte extremo, que no suele tener mala prensa.

La trama que se apoya mucho en el humor,  realmente tiene una dinámica vertiginosa, los personajes entran y salen de escena, a cada momento, generándose diversas mini historias, en forma paralela, en la vastedad del Manaslu.

El despliegue escénico, es muy grande, tenemos nada menos que 12 actores en escena, en un escenario de dimensiones reducidas, ya hablaremos más tarde de eso, ahora vamos a centrarnos en las actuaciones, que son realmente excelentes.




Como dijimos antes, podemos hacer una división entre dos grupos bien marcados, por un lado los alpinistas, entre los que mencionamos ya a Blas ( Pablo Bronstein ) y a su mujer Helen ( Belen Ribelli ), una pareja muy graciosa, que discute mucho y hasta dan lugar a un triángulo amoroso, que no vamos a adelantar.
Tony ( Francisco Ortíz ) y Samuel ( Eloy Rodríguez Tale ) son dos alpinistas muy particulares, que con rasgos exagerados y muy bien logrados, nos personifican a un alpinista típico, personas que con buen poder adquisitivo y ansias de aventuras se animan a desafiar las alturas. Muy buenas sus interpretaciones.
Completa este grupo particular, otra mujer Natacha ( Eugenia Mercante) en una actuación que nos gustó mucho, mostrando un toque seductor y  la competencia con el sexo opuesto, entrando además en una interacción muy interesante, con uno de los sherpas que acompaña desde hace años las expediciones de Blás, nos referimos a Fishi ( Luis Tenewicki ), que logra una gran composición, un nativo, que arranca parco, casi sin hablar y que de a poco se vá soltando, dando vida a un personaje, que provoca muchas risas y a la vez, da un poco de miedo.

Otros sherpas, son Pibu ( Nicolás Levin ), Gastón Filgueira Oria ( Catu ) y Mogli ( Marcos Krivocapich ). Una muy buena pintura que realiza el autor, de estos nativos, que con un dialecto muy particular y con muchos momentos graciosos, muestran una mezcla de descontento y mandato familiar por tener que cumplir, esta función de asistentes del hombre blanco, a cambio de unos morlacos ( asi le dicen ellos ) que necesitan para sobrevivir en este mundo actual, que indudablemente no les resulta amigable. Muy buenas sus interpretaciones, donde muestran mucho amor y respeto por la la madre naturaleza, que es su Dios.

Además hay un hombre solo ( Manuel Iglesias ), esta Manaslu ( Jennifer Sztamfater ) esa madre naturaleza, que reina en esas tierras y que vé como el hombre blanco invade cada vez más su territorio. Un gran personaje este, con un vestuario y un maquillaje que impresiona. Y la obra tiene hasta un animal, la Wawa ( Agustina Trimarco ) , una cabra, delicioso personaje, el disfraz, el maquillaje, las caras, impresionante composición y hay que escuchar sus moralejas.

Mencionamos a los doce protagonistas, ya que cada uno aporta lo suyo, con las caracterísiticas personales que al autor imprime a cada personaje. Es magnífico el trabajo que realiza este grupo de actores, adpatándose a las caracterísiticas del escenario y con una gran coordinación, para darle el ritmo a la obra, que exige el director.




A estas estupendas actuaciones, debemos sumarle el magnífico diseño escenográfico, que presenta la obra, a cargo de Federico Dirrheimer y Juan Fiori, que nos ofrecen una extraordinaria muestra, de como no siempre, se necesita un escenario grande y mucho dinero para montar una escenografía. Demuestran que con ingenio y creatividad, hasta podemos recrear el Himalaya.
Cómo lo logran en un escenario tan reducido ?? Lo consiguen haciendo un aprovechamiento integral del mismo y dando profundidad a medida que la obra transcurre, ese espacio muy reducido del comienzo, parece que vá mutando, tomando otras formas y una amplitud impensada.
Y hechizo teatral mediante, las montañas aparecen, con telas pintadas, que se disponen de una manera muy precisa.
De igual modo, con el tema de la iluminación, con muy pocos recursos, se logra recrear los climas y los momentos que pide la trama, siendo otro item que se destaca.
Resaltamos también el vestuario, que en el caso de los sherpas tiene algún toque grotesco y por último resaltar el diseño sonoro y la música en vivo, que es muy efectiva y se logra con los operadores, al lado de los espectadores, que pueden seguir sus movimientos, en un guiño artesanal, que indudablemente se percibe en la puesta.

Como pueden observar, quedamos gratamente sorprendidos con Himalaya, ya que son esos casos, donde se unen, un guión original y muy creativo, con actuaciones magníficas, una puesta minimalista brillante, que nos permite sentirnos en plena montaña, para reflexionar y reir junto al director y a este grupo de actores, que nos invitan a vivir este cuento y a volar con nuestra imaginación a las alturas del Nepal.

Un hermoso momento teatral, que sin dudas recomendamos, lo invitamos a usted espectador, a que prepare su equipo de alpinismo y magia del teatro off mediante, se anime como nosotros a escalar el Himalaya, en pleno Abasto.


Pensador Teatral.