martes, 19 de diciembre de 2017

Los Hermanos Montesco

Sábados 20 y 22 hs en Patio de Actores ( Lerma 565 )






Dramaturgia y Dirección de Juan Ignacio Acosta.

Una extraordinaria obra nos presenta este joven autor y director, con esta versión libre de Romeo y Julieta, la famosa tragedia de William Shakespeare, que en el relato original, cuenta la historia de dos jóvenes enamorados, que pese a la oposición de sus familias, que eran enemigas, deciden casarse en forma clandestina y vivir juntos.

Aquí la historia, mantiene algunos elementos, están las dos familias rivales, los poderosos Capuleto y los más humildes Montesco, familias que en algún momentos estuvieron juntos, pero hoy son enemigos acérrimos.
Aparece Julieta Capuleto, una bella doncella, a quien su padre, quiere unir en matrimonio con un joven adinerado, pero el corazón de Julieta ( Lucía Ferrari ), no entenderá esas razones y se enamorará de un Montesco.





Y aquí es donde, la versión de Juan Ignacio Acosta toma otro giro, ya que el papel de Romeo, es interpretado por Pedro Molina, un joven actor, con síndrome de down. Su anhelo es llegar hasta Julieta y para conseguirlo, contará con la ayuda y la tenacidad de su hermano Pietro ( Agustín Maradei )

La obra nos hablará del poder del amor, sobre los mandatos familiares y las divisiones que provocan guerras sin sentido y la existencia de un odio, que nunca conduce a nada bueno Esta temática, que el célebre Shakespeare escribió en 1597, presenta una vigencia increìble, ya que han pasado más de 400 años y sin embargo parece que fue escrita el mes pasado.

Los Hermanos Montesco es una pieza auspiciada por el Fondo Nacional de las Artes, a través de una beca de creación otorgada a Juan Ignacio Acosta, que dirige la Compañia de Arte Integrado " Las Ilusiones!, compuesta por más de 300 personas con capacidades diferentes. Aquí su mirada y su pluma sensible, que nos regala una obra entrañable y conmovedora, enmarcada en una puesta inusual, para el teatro independiente, ya que 12 actores en escena, 6 bailarinas y 2 músicos en vivo, lo que le dá la puesta,  un despliegue admirable y una riqueza que debemos destacar.







La trama mantiene la atención del espectador en todo su desarrollo y pasa por todos los estados, tiene momentos graciosos, otros de hondo dramatismo y gran cantidad de momentos que emocionan profundamente.

La pieza tiene un desarrollo muy dinámico, que se apoya en un guión original y atractivo y en las estupendas actuaciones que tiene la obra.

Nos tomaremos unas líneas para mencionarlos. Arrancamos por Pedro Molina, el gran protagonista de esta obra, que logra dar vida a un Romeo entrañable. Su interpretación, es una revelación absoluta, mostrando que con voluntad y trabajo, todo puede conseguirse y en este caso con una gran entrega, resuelve en forma admirable, el rol protagónico que le encomendaron, gracias a sus ganas y su talento, además del acompañamiento que le brinda un elenco que se nota lo quiere mucho y lo apuntala en todo momento.






Son muchos los actores, pero hagamos justicia al menos con algunos de ellos. Hay un enorme trabajo de Agustín Maradei como Pietro Montesco, mostrando un gran entendimiento con Romeo y siendo gran protagonista de la historia, poniendo el foco en esta especial relación fraternal de amor y protección.  Excelente labor de Agustín.

Santiago García como Mercucio y Pablo Neville como Benvolio, son dos montescos, que con mucha pasión, defienden el honor de su familia  Energía a l tope y una gran entrega de ambos sobre el escenario.
Pablo Scorcelli es Teobaldo, pertenece al bando de los Capuleto, que también se destaca mucho, al igual que Agustin Oberto, como Paris, el pretendiente de Julieta, bendecido por el padre.

Del lado femenino, nos encantaron Julieta ( Lucia Ferrari ) la bella capuleto que decide apostar por el dictado de su corazón y Ana González, como una dulce y contenedora Nodriza, que es la confidente de Julieta y con su amor trata de acercar las posiciones encontradas de la familia. Magnífica interpretación de Ana, una actriz de gran experiencia, que aquí demuestra toda su valía, logrando constituirse, en una de las mejores actuaciones de la noche.





Completan el elenco, Fernando Pardo, el enérgico jefe de los Capuleto y su esposa Paola Medrano, con su estilo marcial y sus palabras en francés. Formando una muy buena dupla, mostrando su autoritarismo y su intolerancia ante el diferente. Pregonan querer un mundo sano, libre de seres enfermos, sin entender, que son ellos, los que están enfermos de odio.

Del lado de los Montesco, Facundo Ponce, como el jefe de familia, que busca evitar el conflicto y mantener en raya a los jóvenes de su familia y Cinthia Avila, quien tiene la función de cuidar a Romeo e impedir que salga solo, aportan lo suyo.

Como pueden ver un elenco numeroso, que logra lucirse en lo individual y en lo grupal, teniendo incidencia aquí el director que logra amalgamar a tantos actores de diferentes edades y características.






No debemos dejar de mencionar el muy buen trabajo del ensamble, conformado por Leticia Loffler, Camila Otreras, Paula Calzia, Milagros Binay, Mónica Cano y Giuliana Ferro, que nos regala lucidas coreoegrafias con sus bailes, de la mano de Mariana Moschetto.

Y hablando de lo musical, muy valioso el aporte de música en vivo, con Gregorio Seva en piano y Martín Carusi en guitarra y percusión, ambos enriquecen la puesta y le otorgan un plus a la misma.

Hablando de la puesta, debemos destacar el muy buen dispositivo escénico que, aprovecha al máximo, un escenario de dimensiones reducidas como el Patio de Actores, que en esta ocasión alberga gran cantidad de actores en escena, algo que se resuelve con mucho ingenio. Un ejemplo de ello es el balcón, que nuca podría faltar en una presentación de Romeo y Julieta y donde se viven momentos fundamentales de la obra.






Sobresaliente el vestuario de Cecilia Zuvialde, que viste en gran forma al nutrido elenco y un muy bien diseño de luces, a cargo de Ariel Campos Mendienta.

Como pueden apreciar, el autor no se quedó solo con la idea original y un texto atractivo e inclusivo, por el contrario la dota de una puesta muy rica, que cuida todos los detalles.

En definitiva, estamos en presencia de una versión absolutamente diferente del clásico de Shakespeare, una puesta superadora, teatro inclusivo que además de concientizarnos, nos reconforta el alma.






A lo largo del año, por nuestra tarea, vimos gran cantidad de obras, pero podemos afirmar que Los Hermanos Montesco fue una de las piezas que más nos llegó al corazón y nos hizo emocionar, lágrimas incluidas.

Concluyendo, estamos en presencia de una obra que nos enseña a no excluir a las personas diferentes, ya que muchas veces actuamos con desconocimiento y con prejuicios infundados. Una pieza que sin golpes bajos, nos demuestra que con amor y dedicación, todo se puede conseguir y el magnífico trabajo de Pedro Molina en escena, nos dá un ejemplo de vida a seguir y tener presente, para no bajar los brazos, ante la primer adversidad que se nos presenta.

El aplauso emocionado y prolongado de los espectadores al término de la función y el lleno que tuvo la obra a lo largo de toda la temporada, es un claro indicador, que Los Hermanos Montesco es una obra que gustó mucho, por eso la recomendamos fervorosamente y esperamos que pronto vuelva a estar en cartel, para que muchos espectadores más puedan ver esta pieza, que sin dudas caló hondo en nuestro corazón y nos hizo reflexionar, acerca de nuestra mirada y conducta, hacia las personas con capacidades diferentes, que tanto amor tienen para brindar.



Pensador Teatral.

1 comentario: