martes, 27 de junio de 2017

Sacco y Vanzetti

Jueves 21 hs en Teatro Andamio 90 ( Paraná 662 )




Dramaturgia de Mauricio Kartun y Dirección de Mercedes Fraile.

En esta ocasión, el teatro nos convoca para revivir esta historia verídica, ocurrida a inicios de la década del 20, en los Estados Unidos, país al que habían llegado dos inmigrantes italianos, llamados Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti que se alejaron de su patria, en busca de trabajo, como sucedía con miles de compatriotas, que venían hacia América en busca de la prosperidad, que no encontraban en su tierra.

Eran momentos de expansión del movimiento obrero, con pedidos de mejores condiciones de trabajo, salarios más altos y también era el inicio de las grandes huelgas. Sacco y Vanzetti, eran militantes anarquistas en Italia y cruzaron el océano con su prédica.

Claro que la sociedad estadounidense de la época, conservadora y defensora de un estado fuerte, no iba a estar contento, con que llegaran extranjeros con ideas revolucionarias, que podía poner en riesgo el equilibrio y la seguridad de la nación.
Para evitar esta " contaminación " se deportaron más de 10 mil personas, por su participación en gremios o partidos de izquierda.

En este contexto, agitado y con un Estado en alerta, fueron detenidos por averiguación de antecedentes, el vendedor de pescado Sacco y el zapatero Vanzetti.
Ambos supusieron que la detención tenía origen, en sus ideas políticas y que su estancia en la cárcel, sería de solo una noche, pero se sorprendieron al ser acusados de haber participado en un asalto a una fábrica en Massachussets, en el que fueron asesinados un cajero y un vigilante, además de escaparse los delincuentes, con un botín de 15.000 dólares.




Ni Sacco, ni Vanzetti, tuvieron relación con aquel asalto, el hecho les era totalmente ajeno y pese a que no había ninguna prueba contra ellos, fueron sometidos a un juicio arbitrario y absolutamente irregular, ya que pese a la falta de pruebas, ambos fueron declarados culpables de robo a mano armada y asesinato y sentenciados a morir ejecutados en la silla eléctrica en 1927.

El caso tuvo una enorme repercusión internacional y causó indignación mundial, en las principales ciudades del mundo ( Buenos Aires fue una de ellas ) , se produjeron huelgas y manifestaciones, pidiendo la liberación de estos dos trabajadores italianos, injustamente acusados y condenados, por la corrupta justicia de la mayor democracia del mundo.
Pero a pesar de los múltiples pedidos de clemencia, incluidos el Papa, la condena se mantuvo firme y Sacco y Vanzetti, fueron ejecutados el 23 de Agosto de 1927.

Creo que valió la pena la introducción para repasar la historia, para aquellos que ya la conocían y para enterarse, aquellos que solo conocían los apellidos de estos anarquistas italianos, que hoy son considerados como un símbolo de la lucha por la libertad.

Pero volvamos a la obra que nos convoca en el Andamio 90, un teatro que siempre nos brinda excelentes propuestas y Sacco y Vanzetti es otra muestra de ello, ya que la puesta es magnífica.




La obra escrita por Mauricio Kartun, se estrenó en Buenos Aires en 1991 y basa su guión, en mostrar los pormenores de aquel escandaloso y parcial juicio, en el cual, se dejó de lado, la justicia, para condenar a dos inocentes, solo por ser inmigrantes, pobres y con ideas políticas, consideradas peligrosas para la época.

Uno de los desafíos mas grandes que presenta la pieza, es la necesidad de contar con un elenco numeroso y comprometido con el relato a representar y la puesta de Mercedes Fraile, supera el desafío con creces, de la mano de un elenco joven, que se identifica con la historia y realiza un excelente trabajo.

Vamos a nombrar a algunos de los actores, ya que sus trabajos merecen el reconocimiento.
Arranquemos por los protagonistas, Bernardo Silvestre como Bartolomeo Vanzetti, cumple una interpretación excelente, con una presencia escénica que se impone en todo momento, con sus bigotes y su acento italiano impecable y con toda la templanza y energía que el papel requiere. Para nosotros en un elenco parejo, es la actuación más destacada de la noche.

Pero no seamos injustos, con Facundo Juarez Di Giacomo, que compone a un sensacional Nicola Sacco, preocupado por sus esposa e hija que sufren su detención, nos conmueve con su interpretación, más emocional, que se diferencia de un Vanzetti más analítico, que lleva la voz cantante en cuanto a las ideas políticas.

Juntos muestran un gran entendimiento y conforman un gran dupla, para interpretar dos protagónicos, que requieren mucha exigencia desde lo actoral, por el peso que conllevan los personajes.




Un escalón abajo en protagonismo, pero con una magnífica interpretación, mencionamos a Alfredo Rodriguez, como el despiadado Fiscal Katzmann, en el papel del villano de la historia, ya que no descansara hasta ver condenados a esos dos inocentes. Impecable su papel.

En cambio, Guadalupe Halfon, es la abogada Tohmpson, la abnegada defensora de los italianos, que agotará los recursos para liberarlos de su injusta detención,  otra joven actriz que se luce mucho en su papel.

Ellos tal vez son los que tienen mayor espacio para el lucimiento, por el peso de sus personajes, pero todos cumplen, Camilia Silvestri ( Luigia, la hermana de Vanzetti ) y Laura Correa ( Rosa, la esposa de Sacco ), muestran el sufrimiento en primera persona por la injusticia  de sus seres amados y cumplen muy bien sus papeles, que requieren también hablar en italiano.

Silvia Arduini, es la cruel Jueza Thayer, la cara de esa justicia corrupta que opera en las sombras, Mariano Madrazo, es el teniente Stewart, aquel que detiene a los inmigrantes y que pese a sus deseos, cuando comprende que se quiere cometer una injusticia, no logra que sean liberados, ya que queda inmerso en la máquina judicial y estatal que domina la escena.

Por último mencionar a los testigos del juicio, Daniel Ledesma ( Sr.Levangie ), Paula Carriolo ( Mary Splaine  ) y Yanina Vega de la Fuente ( Carla Rossi ) y a Agustìn Clusellas, como Celestino Medeiros, el preso que confesó aquel crimen, para que liberaran a los italianos, para que los dejaran libre, pero no tuvo éxito en su cometido.

Son doce actores en escena, que nos ofrece la obra y consideramos justos nombrarlos a todos, ya que son el sostén la de la historia, cumpliendo una muy buena labor, aportando cada uno de ellos, lo que el personaje les exige. Aquí debemos destacar la muy buena tarea de la directora, para lograr la sincronización de tantos personajes en escena.

Es interesante, el diseño audiovisual, que proyecta imágenes históricas que enriquecen el relato, un correcto diseño lumínico, que colabora con los diversos climas y momentos de la trama, además del destacado vestuario de época a cargo de Ariel Nasterczuk, que viste muy bien al nutrido elenco.
Como puede apreciar el lector, todos elementos, que contribuyen a la belleza de la puesta.




En conclusión, una muy buena versión de Sacco y Vanzetti, una historia que ilustra y nos sirve con gran ejercicio de memoria, ya que pese a la acción se produce casi un siglo atrás, muestra una vigencia que inquieta, ya que en la actualidad, también vemos rasgos de una justicia corrupta, que es manejada por los hilos de la política y se aleja de los principios de independencia e igualdad ante la ley que debe regirla.

Además es interesante, reflexionar sobre el sentimiento que se tenía en aquella época de los inmigrantes italianos que llegaban a los Estados Unidos, a los que se veía como elementos peligrosos que llegaban para delinquir y quitarle el trabajo a los nativos, pudiendo encontrarse puntos de conexión, con alguna visión que podemos tener nosotros mismos, en la actualidad, con los inmigrantes que llegan de países latinoamericanos, que ven en nuestro país, esa tierra de oportunidades, para poder trabajar y desarrollarse, pero que muchas veces choca con barreras de xenofobia, que se les imponen, por un errónea generalización y la idea falsa de asociar al inmigrante con el delito.

En fin, como vemos Sacco y Vanzzeti, es una obra que documenta un hecho histórico, pero que no se queda en ello, ya que su temática, tal vez modificando el nombre de algunas de las piezas, sigue más que vigente y nos invitará a reflexionar y a mirar a nuestro interior. Cuando esto ocurre, es porque la obra nos ha llegado el corazón y si esto sucede, el hecho teatral ha logrado su cometido.

Invitamos entonces al espectador a llegarse al Andamio 90, para reflexionar y aplaudir a este grupo de jóvenes actores, que nos regalan una entrañable noche de buen teatro y nos acercan el recuerdo de estos verdaderos mártires que lucharon contra un sistema corrupto, clamando por su libertad y sosteniendo su inocencia, sin traicionar nunca sus convicciones.


Pensador Teatral.



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