lunes, 12 de junio de 2017

Cactus Orquidea

Sàbados 20 hs en Teatro Anfitrión ( Venezuela 3340 )




Dramaturgía y Dirección Cecilia Meijide.

Teníamos muchas expectativas en ver Cactus Orquidea, una obra del off, que lleva cuatro temporadas en cartel, algo que muy pocas piezas consiguen. Generalmente a las obras del teatro independiente, se les hace difícil, permanecer más de una temporada, pero en este caso la obra producida por el grupo teatral El Ensamble Orgánico, ya transita su 4to año consecutivo en el horario central de los sábados en un teatro como el Anfitrión, que siempre acostumbra a ofrecer muy buenas propuestas y el enrome mérito, es que lo logra sin ninguna publicidad, sólo se  nutre, con el boca a boca de los espectadores, que ven la obra y la recomiendan, esa manera, amigo lector, es la fórmula mágica, que provoca que una obra del off, logre mantenerse en cartel.

Con esta expectativa, nos dispusimos a ver la obra y a tratar de descubrir cual era el secreto, del éxito de Cactus Orquidea y ver si coincidíamos con la mayoría, que nos daba excelentes referencias de la obra. Sabrán ustedes que muchas veces, nos recomiendan una película, nos dicen, es buenísima, infalible, te va a encantar y cuando la vemos, no nos gusta tanto y nos desilusionamos.

Pero bueno, despejemos la duda, acá eso felizmente no ocurrió, nos encantó Cactus Orquidea, una pieza deliciosa, una historia entrañable o varias, ya lo explicaremos, de esas que podemos recomendar a todo público, porque no hay dudas que gustará.

Estamos en presencia de una obra coral, para que el que no conoce el término, les contamos que se denomina coral a la pieza que presenta varias historias y personajes, que transcurren en paralelo, por separado,  y que recién se conectarán en el final. Generalmente es un género, que vemos en el cine, ya que hacerlo en el teatro, es muy complejo, porque entre otros factores, se necesitaría contar con muchos decorados,  pero bien, aquí el talento de la directora y de su grupo de actores, logra plasmar la idea,  de una manera admirable.






La historia principal, arranca con un escritor en un bar, que intenta escribir una novela, pero le cuesta inspirarse, justo a ese bar, ingresa una chica muy risueña con una plantita en la mano ( será la cactus orquidea ?? existe esa planta de nombre tan raro ??? ) . Ese encuentro casual y la pregunta simple de saber que hace con esa plantita, servirá como disparador y mágicamente, aparecerán diversas historias, naciendo entrañables personajes, para el deleite del espectador, que sin dudas se zambullirá en estas historias simples, que lo atraparán por su cercanía y por su belleza.

No vamos a relevar mucho, solo contar que las historias, girarán todas en torno al amor, a la búsqueda del ser amado, al dolor por el amor perdido y a la soledad, todo un símbolo de esta época.
Y también nos hablarán de Buenos Aires, de sus bares, sus rincones escondidos, sus barrios, realmente es muy rico y con un aire porteño, el guión escrito por Meijide.

Sin temor a equivocarnos, podemos decir que uno de los factores del éxito de la pieza, radica en su elenco joven y talentoso, que compone una gran cantidad de personajes y lo hacen mucha pasión y compromiso, algo que sin dudas se nota y les agrega valor.

Lucas Avigliano, es Isaías el joven escritor, que arranca la historia en un bar, tratando de escribir la novela, pero también es el Peque, el ayudante memorioso de Boris en la ferretería, en un personaje que cautiva a todos, por su bonhomía.

Ignacio Bozzolo, es ese Boris que mencionamos, el barbado de antepasados rusos que tiene una ferretería en Flores y que extraña a su mujer fallecida hace unos años, un papel entrañable.



Laila Duschatzky, es Imelda, la atractiva chica que entró al bar con la plantita y que trabaja en el Museo de Bellas Artes. Su hobby es enamorarse de los turistas que visitan el museo, una buena forma de no hacerse novios duraderos. Deliciosa su actuación, fresca y siempre con una sonrisa.

Gastón Filgueira Oria, es Denzel, empleado bancario, que se encarga de aclarar a todo aquel que le pregunta que nada tiene que ver con el actor de Hollywood, o si tiene que ver ???  Un actor,  al que ya vimos lucirse recientemente en En el Columpio y aquí vuelve a hacerlo.

El quinteto se completa con María Estanciero, ella viene de México y es camarera en un bar, suele estar de mal humor, solo la sacan de ese estado, las plantas y Frida Kahlo, su personaje favorito.

Como mencionamos antes, nombramos solamente alguno de los personajes que representar estos actores, ya que desdoblan varios.Es todo un desafío, poder representar tantos personajes, la obra los pone a prueba y finalmente permiten que se luzcan y mostrar su versatilidad y sus condiciones. .

La puesta tiene muchos aspectos para destacar, tal vez el principal, sea el original y magnífico diseño escenográfico creado por Javier Drolas y Soledad Ruíz Calderón, que son los que permiten que la idea de la directora, de crear una obra coral, puede llevarse a la práctica. Lo logran, permitiendo que los mismos actores, levantando y plegando paneles del piso, puedan crear los muebles y los espacios escénicos que la trama va pidiendo, así aparecen y desaparecen mesas, bares, la ferretería, el museo, etc. También se trasladan marcos de puerta o de ventanas para estas creaciones. Hay que verlo para entenderlo bien  pero es otra excelente muestra, que no siempre hace falta una gran suma de dinero para crear escenografías, muchas veces con ingenio y mucha creatividad como en este caso, se consiguen resultados excelentes.




Algo que no dijimos, los actores a su vez son los tramoyistas ( hasta aparecen ataviados con guardapolvos negros para la labor ) , además son los que suben y bajan las luces o ponen la música cuando alguna escena lo requiere , todo esto a la vista del público. La directora explica que quiso hacer una obra sincera, donde los artificios se ponían en evidencia, sin engañar al espectador, que puede notar todos los movimientos que se requieren.
Hay que destacar el vestuario, tantos personajes, requieren muchísimos cambios de vestimenta y hacerlo muy rápido, hay también algunos objetos, muy particulares creados para la ocasión, que enriquecen la puesta, vamos a mencionar solo al pajaro Solaris, al que descubrirán cuando vean la pieza.

Con todo lo que contamos, ya pueden darse una idea, sobre las múltiples razones, por los que la obra se mantiene vigente hace años, llenando la sala, sábado a sábado. Confluyen un guión delicioso, historias de amor cotidiano, llevadas adelante por actores jóvenes y talentosos que dan vidas a personajes entrañables, en una puesta bella y muy ingeniosa que propone la directora, para darle el merecido marco a la obra.

Como conclusión, Cactus Orquidea es una hermosa obra del off, cálida y sensible, que recomendamos y que sin dudas merece verse. Como dijimos al comienzo, una obra del off, se mantiene en el tiempo, por el boca a boca, espectadores que la ven y que la recomiendan a sus conocidos..
Por eso sea uno más del eslabón, primero regalese una linda noche de teatro viendo la obra, aplauda a este grupo de actores y luego recomiende la obra, que sin dudas, sus amigos se lo van a agradecer.


Pensador Teatral.





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