domingo, 28 de mayo de 2017

En el Columpio

Jueves 21 hs en El Estepario Teatro ( Medrano 484 )





Dramaturgia y Dirección de Micaela Fariña.

Una entrañable historia, la que nos regala la pluma de la joven y talentosa Micaela Fariña, retratando con gran delicadeza y sensibilidad, la vida en un pequeño pueblo del interior de menos de 2.000 habitantes, como cualquier otro de la Argentina, que día a día, pierde habitantes, ya que los jóvenes parten a las grandes ciudades, en busca de oportunidades y en el pueblo cada vez, queda con menos gente y el riesgo de que desaparezca, cada vez es más concreto.

En este caso, el pueblito se llama Berreta  y Micaela nos contará la historia de tres de sus jovenes habitantes, Marita ( Catalina Collardin ), su hermano menor Rubén ( Gastón Filgueira Oria ) y Nelly ( Viviana Ghizzoni ).

La acción se inicia con ellos en una plaza, dominada por dos hamacas, donde los jóvenes charlan mientras se hamacan, como si fueran niños.
Están hablando del velorio de unos de los habitantes del pueblo, que está ocurriendo en esos momentos. Uno de los tantos de los últimos meses.
El tono de la charla es jocoso, se permiten hacer bromas sobre la vida del difunto, adivinando quienes estarán presentes, como se compartarán, etc.
Queda claro, que está muy vigente, el famoso refrán de "pueblo chico, infierno grande", que nos quiere significar, que en el pueblo todo se sabe, todos se conocen, nada ni nadie,  pasa desapercibido y todo acto que se realiza, por más que se haga a escondidas terminará saliendo a la luz.




Y estos jóvenes, reafirman esto, viven en un lugar donde reina la monotonía y la rutina, donde pasa poco y donde la asfixia, por sentirse observados y juzgados en todo momento, en algún momento les pasará factura.

La obra es profunda y tiene un bello tinte melancólico, con un texto muy rico, que se apoya en actuaciones muy lucidas, de personajes que se contraponen en forma muy inteligente, por sus diversas personalidades.

Catalina Collardín, es Marita, que se muestra dura, de aspecto rudo, muy descreída del amor y aferrada al pueblo y a sus costumbres. Ella sabe que su futuro, está en Berreta y le cuesta aceptar al que piensa diferente, no entiende a los que se van. Un personaje ácido y complejo, resuelto en gran forma.

Gastón Filgueira, el único hombre de la pieza, es tímido, dulce, sensible y le cuesta expresar sus sentimientos reales, ya que sufre la influencia de su hermana mayor, con la quien vive y que sin dudas lo intimida. El tampoco encuentra su rumbo amoroso, pero no pierde las esperanzas. Otra muy buena interpretación.

Y el triángulo, se completa con Viviana Ghizzoni, dando vida a una Nelly, fresca, enamoradiza y soñadora. Ella es la que más nota, que el pueblo está cayendo en picada, que los velorios se multiplican y que los nacimientos cada vez son menos.
Se dá cuenta que el futuro, no está en ese lugar que la vió nacer y crecer, su sueño sería, estar en una gran ciudad, donde nadie la conozca y donde además de forjarse un futuro y una familia, ella pudiera hacer lo que siente, sin tener miedo al dedo acusador que la juzgue.
Nos regala además, hermosos momentos musicales, con su guitarrita, una gran actuación la de Viviana, si bien los tres protagonistas están muy parejos, a nosotros fue la labor, que más nos gustó, tal vez por ser el personaje que crea más empatía, tiene un encanto especial.





Son tres almas sensibles y solitarias, que con interpretaciones sólidas y muy creíbles dotan de mucha belleza y poesía a la trama, donde la palabra, pero también los silencios tienen un lugar destacado.

La puesta que nos propone Micaela, en la dirección, tiene muchos puntos para destacar, partiendo de un diseño escenográfico muy creativo, con esas hamacas en el centro del escenario, que nos trasladan a nuestra infancia y a esas reuniones con amigos, donde se confiesan los mayores secretos. Otro recurso acertado, es la creación de espacios que se van naciendo de mano de los protagonistas en el mismo desarrollo de la trama, como ventanas y muebles ( no contamos más para dejar el suspenso ), hay momentos musicales que descontraturan y se disfrutan, una iluminación que crea diferentes climas y la escenografía partida, que nos permite ver diferentes acciones a la vez, teniendo siempre en escena a los protagonistas, por más que no compartan el ambiente.

Como se puede apreciar, hay una gran cantidad de recursos volcados al servicio de la obra , demostrando que para una puesta bella y poética, no siempre es necesario grandes recursos económicos, algo imposible para el teatro off, sino que con ingenio y creatividad, también se logra.

Como dato de color, investigando al momento de escribir esta reseña, descubrimos que Berreta, no es un nombre inventado por la autora, es una localidad real, ubicada a 75 kms de Rosario, que tuvo momentos de crecimiento y que actualmente se convirtió, casi en un pueblo fantasma. Este dato le aporta aún más encanto a la obra ( dejamos el link, para aquel lector inquieto que quiera prfundizar : http://442.perfil.com/2014-04-22-274793-berretta-el-pueblo-fantasma-donde-conviven-12-personas-y-una-cancha/ )





Como mencionamos antes, En El Columpio, es una obra profunda y cotidiana, con ese aire inocente del interior que tienen sus protagonistas y  donde el espectador se siente identificado y cercano, con lo que está viendo y por eso reflexiona junto a los protagonistas, en temas universales, como el amor, nuestro propósito en la vida, la formación de la familia, los miedos, los deseos y finalmente la llegada inevitable de la muerte, un abanico de temas fundamentales, incluidos en forma inteligente dentro de la pieza.

En conclusión, celebramos que el teatro off, nos siga dando estas propuestas de jovenes autores nacionales, jóvenes, que nos cuentan historias reales y que nos llegan al corazón.

El cálido y prolongado aplauso que recibieron los actores al final de la función, muestran que disfrutaron tanto como nosotros de la obra.
Nuestra recomendación, es que se acerquen un Jueves a El Estepario, que elijan un columpio y mientras se hamacan, disfruten de una hermosa  noche de teatro.


Pensador Teatral.

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