domingo, 11 de septiembre de 2016

La Granada

Sábados 21hs, Teatro Fray Mocho.




Obra escrita en 1965, por el reconocido escritor y periodista, Rodolfo Walsh y dirigida en este caso, por Nacho Steimberg, que decidió replantearla, con motivo del cumplimiento de los 40 años, desde el último golpe mililtar.

La obra cuenta la historia de un soldado que falla en la manipulación de una nueva granada puesta a prueba por el Ejército, ya que se le escapa el retén a la misma y para que esta no explote, coloca su dedo tapando el orificio, teniendo que continuar de esa forma en forma indefinida por el tiempo, para que no ocurra una trágica explosión.-

A partir de ahí se dán una serie de situaciones disparatadas, donde distintos personajes del ejército van a llegar para tratar de ayudar al conscripto, aunque con pocas ideas y ningún interés real por la vida del soldado.



En un momento, como no se consiguen resultados, se monta un particular tribunal, donde se quiere  "juzgar" a este colimba por conspiración, ya que sospechan que fue un acto planeado, desarrollandose un proceso muy particular , que incluye acusaciones y defensas muy absurdas, con un Coronel que preside el tribunal en forma especial  y nos hace recordar a personajes nefastos de la dictadura.

Las actuaciones son muy buenas, Se destacan algunas actuaciones,  Max Acuña como el Teniente Strauss, Elián Rosales el soldado con el problema de la granada, Eduardo Darani, siendo Fuselli el excéntrico experto en explosivos,   Gaby Logiudice como la temperamental  Capitana Aldao y Diego Roqué, en su doble papel de Sargento Sosa y el Coronel, siendo este el personaje que genera las mayores risas en la platea. En verdad,  todo el elenco cumple una muy buena labor.



La obra es una sátira aguda del funcionamiento de las instituciones militares, en las que reina el autoritarismo y una verticalidad absurda, donde los superiores son iluminados a los que no se les puede cuestionar sus decisiones y donde siempre el civil aparece como un ser inferior, que debe estar subordinado al poder superior de las Fuerzas Armadas.

La puesta en algunos momentos, puede parecer que exagera el absurdo, por el tono satírico que tiene y fuera de tiempo, con la realidad actual del país, pero corriendo este velo, el espectador puede reflexionar con mayor profundidad y recordar si lo vivió, el sinsentido de los militares en el poder y de algunos trasnochados que añoran su regreso.




Como dato histórico de interés, aportar que Rodolfo Walsh, el autor de esta pieza fue asesinado en 1977, por un grupo de tareas de militares, que lo emboscaron en plena calle, lo acribillaron y su cuerpo nunca apareció.

Por eso, el reestreno  esta obra, resulta un homenaje a la vida y legado de Walsh y sirve al espectador, para recordar en clave de sátira y humor, el sinsentido del régimen militar que se cree con una sabiduría superior y que manifiesta su desprecio por el ciudadano civil, al que siempre vé como un potencial enemigo, que quiere conspirar contra los intereses de la Patria.-

En conclusión, La Granada es una muy buena obra y un recomendable ejercicio de memoria, que a 40 años del último golpe militar nos propone el director,  con esta reposición.


Pensador Teatral.

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